MUERTE SUSPENDIDA
CINE DE MARCA
Dante Garnique
Decía Borges que hay libros
que le hacen a uno preguntarse ¿qué tipo de persona lo leerá?, lo mismo que hay
personas que te hacen pensar: ¿cuál será el tipo de libro de su preferencia?
El cine venezolano no es
uno, pero si algo tiene el público venezolano es que al referirse a su cine, lo
hace como si fuera una marca: EL CINE VENEZOLANO.
Muerte Suspendida, parece
haber nacido con denominación de origen, como el chocolate o el buen cucuy.
“Es como recordar el cine de
los 80”, “parece el resurgir del cine nacional”, “es la típica película
venezolana, pero más estilizada”, “no parece una película de acción; porque
salí con ganas de llorar”
En efecto, luego de haberla
visto, queda esa sensación de haber estado en una cata; diálogos sencillos, amplio
espectro de actuaciones, algo de ficción y suspenso, interesante pentagrama,
algo televisiva, excelente utilización de recursos.
Despierta emociones diversas
en un público acostumbrado a las fórmulas más puras, lo que quizás genera
cierta resistencia, probablemente producto de una combinación de texturas que
van desde el drama hasta el cine de contenido.
Resalta el esfuerzo por
encriptar un mensaje rotundo a través del lenguaje visual.
Lo recomendable claro está,
es formarse criterio propio y para ello lo ideal sería no perder la oportunidad
de disfrutarla por estos días cercanos a la navidad del 2015, bien, para hacer la comparación con aquel cine de los
ochenta, bien, para tener la referencia cuando el de hoy, sea el cine del ayer.@elcuchitrild
www.muertesuspendida.com
Junto a parte del elenco de Muerte suspendida
